
Imagen con fines ilustrativos / Foto MOPT
Publicado: abril 15, 2025
Exceso de velocidad e imprudencias siguen cobrando vidas en las rutas nacionales
Un inicio de año marcado por tragedias en las vías costarricenses
El 2025 avanza con cifras alarmantes en cuanto a accidentes de tránsito. Según datos oficiales, 175 personas han fallecido en el sitio tras verse involucradas en percances viales y otras 840 han resultado heridas de gravedad en lo que va del año.
El exceso de velocidad, el irrespeto por la señalización y la conducción bajo efectos de alcohol o drogas figuran como las causas más comunes detrás de estos lamentables incidentes.
Menos carros, más velocidad: una combinación fatal
La reducción del flujo vehicular en ciertas horas y días específicos, lejos de reducir los accidentes, parece haber disparado el número de tragedias. Según señalan las autoridades, muchos conductores tienden a sobrepasar los límites de velocidad cuando las carreteras lucen despejadas, especialmente durante fines de semana largos, noches y temporadas festivas.
Uno de los casos más recientes ocurrió en Hatillo, donde un peatón falleció tras ser atropellado, sumando otra víctima a la creciente lista de muertes en carretera.
Exceso de velocidad y conductores imprudentes: el reto de las autoridades
El exceso de velocidad continúa figurando como el enemigo número uno de la seguridad vial. Para enfrentar este fenómeno, el Cuerpo de Tránsito ha desplegado 11 grupos de control con radares móviles en puntos estratégicos del país, intentando frenar la conducta temeraria de muchos conductores.
Sin embargo, los esfuerzos por reducir la cifra de víctimas se ven constantemente limitados por la falta de conciencia y cultura vial, tanto en peatones como en quienes están al volante.
Más allá del volante: factores que incrementan el riesgo
Si bien la velocidad es el factor dominante en la mayoría de percances, no es el único que amenaza la seguridad de los usuarios de la vía. Entre las causas también destacan:
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Fatiga al conducir.
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Fallas mecánicas no detectadas.
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Distracción con teléfonos móviles u otros dispositivos.
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Falta de educación vial, sobre todo desde edades tempranas.
La ausencia de programas educativos enfocados en seguridad vial, que en el pasado formaron parte de la enseñanza básica, ha sido señalada por expertos como una debilidad que se refleja en la actitud cotidiana de peatones y conductores.